lunes, 25 de abril de 2016

Sierra de Toix. Combinado de vías (tras abandono de Diedros Mágicos en el Puig Campana)

Sierra de Toix. Combinado de vías (tras abandono de "Diedros Mágicos" en el Puig Campana)
Año 2016. Participantes: Fran, Pocho y yo

El microclima del Puig Campana y otras circunstancias nos obligan a cambiar de planes cuando habíamos iniciado la vía "Diedros Mágicos" al Puig Campana. Las horas de luz disponibles después de esto son escasas, por lo que si encontramos un plan alternativo fuera de este microclima tiene que ser una actividad corta y/o de fácil escape o fraccionamiento. De entre las dos alternativas que se me ocurren, la más razonable y finalmente elegida por unanimidad entre nosotros es ir a escalar a la sierra de Toix.

La sierra de Toix realmente es un gran peñón junto al mar con paredes verticales en cuya parte inferior existen multitud de vías de carácter deportivo, pero donde es posible encadenar alrededor de cinco largos hasta llegar a cima. La enorme variedad de niveles de dificultad y la gran calidad de la roca caliza hacen de éste un sitio bastante recomendable, aunque para mi gusto pecando de un exceso de equipamiento en la mitad inferior, lo que hace que sea un sitio bastante visitado como escuela de escalada deportiva.

El plan inicialmente previsto para el fin de semana era el hacer el sábado la vía "Diedros Mágicos" al Puig Campana, continuándola por nuestro viejo conocido "Espolón Elegant" y el domingo hacer una cresta.

Previamente habían habido dos fines de semana en los que habíamos tenido que posponer el plan debido al mal tiempo en el Levante. Este fin de semana no pintada del todo mal desde el punto de vista meteorológico, aunque se viera un tiempo ligeramente inestable y nuboso durante todo el fin de semana, que desembocaba en probabilidad de lluvia para el domingo por la tarde, cuando en principio ya estaríamos volviendo a Madrid.

Aunque las previsiones iban bailando constantemente tanto a mejor como a peor según se acercaba el viernes, al final decidimos tirar para adelante porque llegado el momento de decidirse realmente solo pintaban algo mal para el domingo por la tarde.

Fran me pregunta si me importa que venga con nosotros su hermano. Yo no tengo ningún problema en que se venga su hermano, aunque nunca ha probado la escalada clásica y desde luego la "Diedros Mágicos" no es precisamente la vía más adecuada para estrenarse. No le doy importancia al asunto, pensando que ya iríamos resolviendo las pegas que nos pudieran ir surgiendo; simplemente echo a la mochila una polea que compré hace poco y que pienso que a lo mejor nos puede venir bien.
 

Pernocta y aproximación a pie de vía de "Diedros mágicos" (Puig Campana) (12 de marzo de 2016)


El viernes hacemos el viaje, llegando con una cierta alegría por mi parte al comprobar que llevaba el reloj del navegador del coche con el horario de verano y encontrarme en Finestrat con que es una hora menos de la que creía que íbamos a llegar. Es una hora más de descanso que vamos a tener y que vale su precio en oro después de llevar a las espaldas el cansancio acumulado de una semana de trabajo.

Nos instalamos en Font de Molí, como siempre, donde comprobamos que han finalizado las obras que había cuando vinimos la última vez a hacer el excelente "Espolón Finestrat". Cenamos y pronto nos metemos en los sacos a dormir. No tenemos intención de madrugar mucho ya que en teoría la vía de mañana no debe darnos muchos problemas de horario. Por el contrario, hace bastante fresquete para ser Alicante (hemos pillado un fin de semana frío) y se agradecerá que los rayos de sol estén presentes cuando empecemos a escalar.

La noche no resulta del todo tranquila ya que viene un grupo de madrugada con varios integrantes que parece que se han tragado un altavoz. No entiendo cómo puede hablar la gente tanto y tan alto a estas horas de la madrugada, así que la única explicación que le doy es que estén bajo los efectos del alcohol. Al rato parece que comienzan a ir de caminata... me quedo un poco intrigado si son excursionistas "nocturnos" o afectados del alcohol... supongo que serán una mezcla de ambos. El caso es que han incordiado lo suyo y además de a nosotros han debido de incordiar de lo lindo a los de una furgoneta que también se han plantado a dormir aquí. Nosotros, dentro de lo malo, estamos un poco retirados del aparcamiento.

Suena el despertador. Ya es bastante de día. Aunque remoloneamos un pelín, pues no sentimos prisa, tampoco tardamos mucho en ponernos en marcha. Desayunamos, preparamos todo y cargamos agua en la fuente antes de partir hacia el inicio de vía.

La aproximación es igual que la del "Espolón Elegant", ya que la vía "Diedros Mágicos" está justo al lado. Subimos andando por la carretera y cogemos el PR "Camí de la Serra". Justo antes del desvío para subir a la planicie rocosa conocida como "La Planissa", desde donde se accede a la mayoría de las vías, nos damos cuenta que va a hacer calor, así que Pocho y Fran optan por esconder algo de ropa de la que llevan para recuperarla después, a la vuelta, sin tener que cargar con ella.

Alcanzamos "La Planissa", que nos da un pequeño respiro antes de seguir subiendo

Subimos a la "Planissa". Desde ahí no puedo dejar de observar la vía del "Espolón Finestrat", que es la última que hicimos aquí... parece mentira que escaláramos por ahí, ya que desde aquí la vía se ve tremendamente vertical y hostil.

Vista de la Aguja Encantada (la bajita a la que le da el sol, en el centro de la imagen), donde se ubica la vía "Espolón Finestrat", que recorre su cara oeste (en sombra)
Recorrido aproximado de la vía "Espolón Finestrat". Luego, tras coronar la Aguja encantada, donde finaliza, se pasa uno al Espolón de la derecha y se continúa por la vía "Aristóteles"

Vemos a una cordada metida en la "Aristóteles", seguimos y vemos otra cordada en el "Espolón Central"... está claro que hay más gente que ha escogido este sábado para escalar aquí. Seguimos subiendo y ya cerca de nuestra vía vemos a otra pareja husmeando las vías... son dos escaladores que llevan tres días escalando por aquí, así que se han debido de poner las botas. Un poco más adelante vemos otra cordada al pie de nuestra vía... mala suerte, no vamos a estar solos en la vía.

Nos toca esperar, así que nos acomodamos y hablamos con la cordada que está a punto de empezar nuestra vía. Hay otra cordada de tres que también vienen con ellos pero que se van a meter en el "Espolón Elegant". La cordada que se mete en nuestra vía son un hombre que peina canas y una mujer. Al preguntarle que si conoce la vía nos comenta que él hizo la tercera repetición de esta vía, allá por los años ochenta.

Calculamos empezar cuando el primero esté cerca de llegar a la segunda reunión, pues el primer largo no parece nada "acogedor" para andarse con esperas y queremos asegurarnos de que eso no ocurra. Por cierto, no habíamos concretado nada del reparto de largos entre Fran y yo, ya que Pocho no va a encabezare ningún largo, pero al ver la buena pinta del diedro del primer largo se lo ha pedido Fran, así que en principio Fran haría los impares y yo los pares.

La vía propiamente dicha son cinco largos que se pueden hacer en tres, más uno largo de transición hacia el Espolón Finestrat y luego se continúa por éste dos o tres largos más. Nosotros en principio no tenemos intención de empalmar largos, ya que se "gasta" mucho material y corres el riesgo de quedarte sin él. Si no quieres continuar la vía se puede rapelar por los rápeles de la "Rompededos" para bajar, aunque en principio nuestra intención es hacer los bonitos largos superiores del Espolón Elegant. El grado de dificultad máximo es de 6a+ en el último largo de la "Diedros Mágicos", aunque toda la vía es bastante mantenida en torno al V+.

Cuando llega el momento, y después de habernos hinchado a gominolas y frutos secos en la espera, nos llega el turno.


Largo 1 (V+): Excepcional diedro, bastante peleoncillo

Fran encabeza este largo. Son unos 25 metros pero bastante peleones. A Fran se le ve que empieza ágil, pero luego le va costando más tiempo y más quebraderos de cabeza avanzar. Finalmente alcanza la reunión.

Fran en este vertical y peleón primer largo

Sale Pocho y unos 5 metros después salgo yo, con la distancia suficiente para que si Pocho se cae no me caiga encima. Los primeros metros son relativamente fáciles, pero enseguida te metes de lleno en faena.

Selfie de Fran con Pocho y yo subiedo al fondo

Los agarres escasean y hay que buscarlos y buscar las posturas adecuadas para conseguir aprovecharlos. No hay prácticamente pies, por lo que hay que jugar mucho con ambas paredes del diedro. El diedro no solo es tremendamente vertical sino que incluso extraploma un poco. No obstante resulta un diedro tremendamente disfrutón que se va resolviendo con mucha paciencia, pero acabas encontrando la forma de conseguir seguir avanzando aunque a veces parezca muy complicado. A pesar de ser muy peleón me resulta mucho más llevadero que el primer largo del "Espolón Finestrat"; Fran discrepa conmigo en esta opinión al considerar que este largo es más mantenido y en el del Espolón Finestrat la dificultad está más concentrada en un tramito.

Pocho en plena faena. El diedro incluso llega a extraplomar en algún tramo.

Pocho sube a duras penas, con los pies resbalando constantemente y de forma continua fruto de una mezcla de falta de técnica y rodaje con unos pies de gato de baja calidad que poco ayudan en un sitio tan exigente. Tengo la impresión de que sube por una mezcla de tirar de brazos con mucho esfuerzo y la ayuda que le puede proporcionar Fran tensando cuerda desde arriba, pero desde luego los pies es como si no los tuviera. Ese es el panorama desde mi perspectiva viéndolo por debajo de él.

Tengo que parar en algún que otro punto que permite un cierto reposo para darle recorrido a Pocho y no encontrármelo en plenos pasos de dificultad y esfuerzo y me impida avanzar.

Pocho finalmente alcanza la reunión, momento en el que acometo los metros finales alcanzando yo también la reunión instantes después.

La reunión es prácticamente colgada... bueno realmente hay una minicuevecilla en cuyo borde se apoyan los pies, pero la verticalidad de la pared te obliga a colgarte al vencerte el cuerpo hacia atrás. Apenas hay sitio para mí, pero consigo acoplarme como puedo en el lado izquierdo.


¿Qué hacemos?

Empiezo a recolectar el material para encabezar el siguiente largo, mientras me pregunto cómo narices voy a partir de la reunión con tanta sobrepoblación en un sitio tan incómodo y reducido... ¿tendré que subir medio-pisoteándoles a mis compañeros para poder salir de aquí? Encima el largo empieza inmediatamente con un tramo durillo de V+ que desde que he llegado a la reunión ya estoy estudiando cómo protegerlo.

El traspaso de material entre tres personas colgadas y en tan reducido espacio resulta un verdadero show, pero más o menos nos vamos apañando en esta especie de "racimo" de escaladores en el que estamos convertidos. El largo anterior ha sido tan vertical que prácticamente estamos colgando sobre la vertical del inicio de vía, lo cual también impresiona un poco a Pocho, no muy acostumbrado a estas situaciones... de hecho le cuesta psicológicamente quedarse colgado del todo e intenta seguir agarrado como puede. También es verdad que los seguros de la reunión no son muy modernos y tranquilizadores, aunque aparentan tener la suficiente solidez.

Cuando estoy ya casi listo para salir, Fran comenta que es momento de replantearse si seguir o bajarse, ya que ha visto las dificultades que ha tenido Pocho para hacer el largo anterior. Yo hasta ese momento no me lo había planteado y simplemente pensaba seguir como si fuera un autómata al que le han encomendado una misión y no piensa más allá que cumplirla, pero al plantearlo Fran ya me pongo en situación. Lo cierto es que, como ya he comentado, yo también he visto las dificultades que ha tenido Pocho, incluso en primer plano, y ciertamente no me parece razonable seguir así, sobre todo porque lo debe estar pasando mal. Tras un intercambio de opiniones Pocho, con toda su buena voluntad comenta que no le importa seguir. La realidad es que si hace todos los largos como el primero, al tercer largo así seguro que ya acaba completamente agotado físicamente; encima tenemos los pasos de 6a+ en el quinto largo que ya no consigo imaginarme cómo puede superarlos Pocho si no es tirando de la cuerda o con un polipasto. Por cierto, que comento que yo tampoco me veo suficientemente "motivado" para verme afrontando de primero esos pasos de 6a+ en caliza, a lo que me contesta Fran que por eso no me preocupe que él se encargaría de encabezar ese largo. Para colmo, ya había empezado a nublarse hace rato pero ahora se nos están echando encima rápidamente unas nubes negrísimas que no hacen presagiar nada bueno.

Fran comenta que quizás podríamos hacer algún largo más y ver cómo va evolucionando la cosas. No obstante, explico mi opinión de que si nos vamos a bajar de la vía el momento de hacerlo es ahora, en primer lugar porque ahora es relativamente fácil bajarse, pero más adelante se puede complicar algo dependiendo de dónde nos pille, y en segundo lugar porque ahora podemos buscar una actividad alternativa si tenemos tiempo y no lo seguimos consumiendo aquí. Cuesta aceptar el no continuar, pero acabamos todos por decidirnos en este sentido, en gran parte intimidados por las nubes tan negras que ya tenemos prácticamente encima. Mi consuelo es que por lo menos tengo la impresión de que hemos hecho el largo más bonito de la vía.

Oímos a los de la cordada que van por encima nuestro que también están hablando de bajarse al completar el largo en el que están metidos. De hacer buen día han pasado a estar pasando frío, además de la amenaza de las nubes negras.

La verdad es que hemos pasado un rato divertido de risas los tres colgados en la reunión, ya que a la vez que dialogábamos también hemos estado bromeando mucho sobre la situación en la que nos encontramos, incluso con humor negro. Supongo que la situación de los tres colgados malamente ha propiciado la risa floja, el ingenio humorístico y en general el buen humor a pesar de la contrariedad.

La reunión ya está equipada con un maillón, y encima con la gran verticalidad que tiene el largo no es necesario lanzar la cuerda ya que cae verticalmente por sí misma, así que empalmo cuerdas y simplemente voy pasándola por el maillón dejándola caer hacia abajo según la voy pasando. Una vez hecho, rapelo hasta el suelo y espero a que hagan lo mismo mis compañeros.

Pocho rapelando y Fran en la reunión esperando su turno

Ya en el suelo recogemos la cuerda y todo a la vez que al menos Pocho y yo notamos algunas gotitas sueltas de lluvia. Enseguida nos ponemos en marcha hacia el coche.

La bajada la hacemos más o menos rápido y enseguida estamos en el sol, fruto de haber salido de este microclima que tiene a veces el Puig Campana. Según vamos bajando vamos viendo como detrás de nosotros las nubes se van apoderando de la montaña y ya llegando al coche las nubes negras y densas se han comido el Puig Campana y le han hecho desaparecer... parece que hemos tomado la decisión correcta. 

Las nubes negras (más negras de lo que aparentan en la foto) han hecho desaparecer al Puig Campana

La verdad es que la vía, con lo que hemos probado de ella,  me ha dejado un gran sabor de boca que me hace ponerla en la lista de "deberes" para completarla en otra ocasión que surja. Probablemente la próxima vez que me acerque a escalar al Puig Campana sea la elegida.

Llegamos al coche y aprovechamos para comer, ya que se ha hecho la hora de ello, a la vez que decidimos qué podemos hacer. Curiosamente ese microclima tan malo está en el Puig Campana pero en la costa parece que hace buen día. Mis propuestas son dos: ir a escalar a la sierra de Toix o hacer la cresta de Bernia. Ambas está relativamente cerca de Calpe, a unos 25 km de donde estamos.

No terminamos de decidirnos y no podemos perder más tiempo, así que después de haber comido y recogido todo nos ponemos en marcha en dirección a Calpe con la idea de acabar de decidirnos de camino. Al ir a tomar la autopista me doy cuenta que la salida que habrá que tomar no es exactamente la misma, así que paro un momento el coche en un lado para terminar de decidirnos.

La cuestión es que para la cresta de Bernia hacen falta bastantes horas, y aunque ya he previsto que se puede salir en algún punto (conozco la mitad de la cresta de haberla recorrido en otra ocasión), aun así ya nos quedan muy pocas horas de luz. Fran considera que es mejor ir a la sierra de Toix y no complicarse, postura con la que estoy de acuerdo. Por tanto, reanudamos la marcha en dirección a la sierra de Toix.


Sierra de Toix. Combinado de vías (12 de marzo de 2016)

Siguiendo las indicaciones que tengo, en poco rato llegamos a la urbanización al pie de la sierra de Toix, que no es otra que la que usamos para dejar el coche cuando fuimos a escalar la excelente Llobet-Bertomeu del Mascarat. Allí seguimos las indicaciones que tengo para llegar a donde se deja el coche.
 
Desde donde se deja el coche son apenas 2 minutos para estar a pie de pared.

Siguiente dilema (¿Qué hacemos? 2ª parte)

Una vez a pie de pared comprobamos que la única vía de la que tengo reseña, la del Espolón Limabán, está ocupada en su primer largo. Esperamos a ver si la dejan libre, pero pasan los minutos... La cordada que hay no solo están de aprendizaje sino que incluso se tiran muchos minutos parados hablando con otra cordada que hay en la vía de al lado con la que parece que han venido juntos. Me parece una auténtica necedad y falta de respeto bloquear tan permanentemente una vía de esa forma, haciendo prácticas únicamente en su primer largo y encima perdiendo el tiempo de la forma que lo hacen. Lógicamente me indigno muchísimo. Tenemos claro que ese primer largo va a ser imposible hacerlo hoy y solo se me ocurre inventarnos un primer largo que los adelante por la izquierda y acabemos en la primera reunión para luego continuar ya sin ellos, pero optamos por ser elegantes y no meternos en conflictos así que abandonamos esa idea.

Yo particularmente estoy muy desanimado y me dan ganas de irnos a tomar unas cervezas y mañana Dios dirá. Además se nos ha hecho muy tarde con todas estas historias y ya casi no nos daría tiempo a nada.

Vemos que realmente toda esta pared tiene muchas vías y es como una escuela de escalada. No tenemos croquis ni nada, aunque al pie de casi todas estas vías pone su nombre y algunos datos más que no sabemos exactamente qué son. Vamos echando un vistazo por todas las vías y por lo que nos enteramos, están equipados más o menos uno o dos largos de cada vía (la mayoría son vías de uno o dos largos y al acabar, a mitad de pared, se rapela por ellas) y luego si se quiere continuar hacia arriba hay que equipar.

El refrito de vía que improvisamos

Finalmente Fran le echa el ojo a una vía, situada unos 30 metros a la derecha de la del Espolón Limabán, y propone subir por ella mientras se vaya dejando, e ir improvisando, hasta bajarnos por la propia vía cuando se nos antoje, se vea problemático seguir o simplemente ya se vaya acabando la luz. Al principio no estoy del todo convencido, por lo contrariado que estoy y porque a mí me apetecía hacer una vía con unos cuantos largos y llegar arriba a cima, pero finalmente pienso que mejor eso que nada.

Vemos que hay un minitechillo a mitad del primer largo, pero se ve que en caso de dificultad es posible escaqueárselo por la izquierda. Después del primer largo ya no sabemos muy bien qué nos iremos encontrando. Preguntamos a unas chicas que tienen la guía de la zona fotografiada en el móvil por el grado de la vía que hemos escogido, y no saben localizar exactamente cual es, pero nos dicen que las vías de la zonita en la que estamos varían entre V+ y 6a+.

La verdad es que yo creo que es la primera vez que me meto en una pared a improvisar sin que ninguno sepamos por donde vamos a tirar y qué grados y qué cosas nos vamos a ir encontrando, pero como al menos parece que hay equipamiento en la pared hasta una altura de unos dos largos, pues a las malas ponemos un maillón y para abajo que vamos. Además es muy tarde así que no creemos que la luz de día que nos queda nos dé para mucho.

Al final acabamos haciendo un refrito de vía como más adelante detallo, y acabamos alcanzando la cima en casi 5 largos y con escasos minutos de luz para poder encaminar el descenso. A continuación os pongo los datos de este refrito de vía que finalmente hicimos y que se resume en hacer un primer largo de una vía desconocida, desviándonos a la primera reunión de otra vía desconocida para no coincidir con una cordada que estaba descendiendo, luego un segundo largo improvisando tras el que aparecimos por casualidad en el tercer largo de la vía Toix Integral, y desde ahí ya continuamos por esta vía hasta la cima.

Datos:
Longitud de la vía: 200 m.  Nº largos: 5.     Dificultad máxima: V+ aprox (un paso, escaqueable)
Características: Vía de longitud comedida y relajada en cuanto a dificultad, en caliza de muy buena calidad.
Material: Los dos primeros largos están equipados y luego tampoco es que haga falta gran cosa, pero conviene llevar como mínimo los friends de tallas medias.
Equipamiento
: Equipados los dos primeros largos. Luego solo las reuniones y creo recordar que algún clavo, espit o alguna cosilla había entre medias.
Pasos clave: Por donde fuimos nosotros, el único paso que podríamos considerar como clave es el del minitechillo del primer largo, pero se puede escaquear por la izquierda.
Posibilidades de escape: Hasta la gran repisa por la propia vía o por otras de las múltiples vías que hay. Por encima de la repisa lo mejor es ya salir por arriba, aunque también se puede bajar uno por la propia vía.
Tiempo de escalada: La vía se puede resolver bien en unas 2 horas. Nosotros tardamos menos pero porque al final fuimos un poco acelerados.
Tiempos de aproximación desde el coche y regreso: La aproximación a pie de vía desde donde se deja el coche son escasos 2 minutos. El descenso por los rápeles podría rondar una hora o algo menos, dependiendo también de lo habilidoso que se sea con los rápeles.
Cimas: Donde se hace cima no es realmente la cima principal del Ponoig, que queda algo alejada, más al oeste y más alta.

Croquis:
He pintado en azul el combinado de vías que hicimos nosotros, sobre un croquis sacado de internet

Fecha: 12 de marzo de 2016


Como la vía escogida ha sido iniciativa de Fran, ambos prácticamente damos por sentado que empieza él y apenas lo comentamos para corroborarlo.


Largo 1 (V+): Minitechillo a mitad


Empieza Fran encabezando este largo. Hace el primer tramo y llega al techillo que afronta directamente. Luego continúa hacia arriba hacia la reunión de este largo, pero como ve que está bajando una cordada y la ocupa, opta por desviarse a una reunión que hay un poco más a la izquierda... total no sabemos por dónde vamos y nos da igual ir por un lado que por otro.

Fran en el primer largo

Cuando monta reunión sale Pocho, que escaquea el techillo por la izquierda y luego sigue el recorrido del largo en dirección hacia la reunión donde está Fran.

Yo he salido cuando le he dado suficiente distancia a Pocho. El primer tramito es plaquero pero no es complicado. Quizás IV o IV+ como mucho.

Llego al minitechillo con la intención de afrontarlo directamente como lo ha hecho Fran. Realmente es solo un paso para superarlo, pero se ve más complicado que desde abajo... no obstante no me dejo seducir por el escaqueo de la izquierda, y aunque de primeras no lo veo y me cuesta un par de minutos estudiarlo, al final lo saco a base de confiar en los escasos y no muy buenos agarres y tirar de brazos. Mi impresión es que el paso del techito, aunque sea solo un pasito es al menos un V+.

Por encima del techito el largo es quizás algo más exigente que el tramo inicial, un IV+ al menos.

Nos juntamos en la reunión los tres, con buenas vistas y recibiendo un sol que ya muestra un color de que le queda poco tiempo antes de esconderse.


Largo 2 (V): Inicio algo intimidante pero luego afloja

Me encargo de encabezar este segundo largo. La verdad es que se puede salir por la derecha o por la izquierda y luego seguir improvisando. La verdad es que por la derecha se ve más cañero, muy vertical y liso, pero por arriba se ve una chapa, así que finalmente me decido a tirar por la derecha.

En la reunión 1, estudiando por dónde hacer el largo 2.

Lo primero es subir algo más de un metro sobre la reunión y hacer una travesía hacia la derecha con objeto de alcanzar una especie de diedro-chimenea, donde uno cinco metros más arriba he visto la chapa. Esta travesía no se ve fácil, pues no hay apoyos para pies y solo hay algún escaso agarre de manos bastante maluco, pero como muchas veces con confianza y gorileando un poco consigo alcanzar el diedro-chimenea. Luego avanzo un poco más fácil por él hasta alcanzar la chapa, y finalmente la salida por arriba del diedro-chimenea también da un poco de guerra pero la acabo resolviendo bien.

Empezando el largo 2

Por encima del diedro chimenea, la roca ya no es tan rotundamente vertical y se vuelve un pelín escalonada, siendo bastante más fácil progresar. Voy subiendo por donde Dios me da a entender, lo que me lleva un poco con tendencia hacia la izquierda, hasta alcanzar el inicio de una estrecha chimenea donde está pintado en la roca "TI". De primeras me extraña y no sé qué indica, pero enseguida me doy cuenta que es una indicación de la vía "Toix Integral" que se ve que he alcanzado y que ésta continua por la chimenea... pues por la chimenea se ha dicho.

La chimenea se deja hacer bien, pues tiene buenos agarres y lo único es que tiene una roca suelta empotrada que hay que evitar tanto usarla como agarre de mano como apoyo de pie, pues como se vaya hacia abajo, con toda la gente que suponemos que hay, pues ya no podemos ve a la gente que está haciendo escalada deportiva por abajo, podemos dar a alguien.

Encima de la chimenea veo que a partir de ahí la roca tumba y se vuelve más fácil, pero también que la cuerda me va a rozar mucho, así que viendo eso y la posibilidad de montar una reunión, aunque no sea del todo cómoda, así hago. Luego en casa descubriría que esa chimenea pertenece al tercer largo de la vía "Toix Integral" y que la reunión que monto es intermedia a las "oficiales" de la Toix Integral.

Aviso a Fran y Pocho para que suban cuando está todo listo y en no muchos minutos nos juntamos todos en la reunión.

Pocho en el largo 2 llegando a la parte algo escalonada. A Fran todavía no se le ve.
Pocho terminando de superar la chimenea final del largo


Largo 3 (IV): Algo más tumbado hasta alcanzar la enorme repisa.

Es muy tarde y queda poco tiempo de luz, así que por un lado deberíamos pensar en bajar... pero viendo que afloja y que podemos llegar a cima... todos coincidimos en intentar ir rápido e ir a por la cima. La verdad es que tenemos que ir muy rápido, pues son las 18:55 y hemos visto que anochece un pelín pasadas las 19:30 y no solo nos quedan tres largos sino que hay una serie de rápeles para bajar y tenemos que al menos tenerlos medio resueltos antes de que se vaya la luz para no tener problemas en irlos encontrando.

Al sol no le queda ya mucho para esconderse

En ese momento me doy cuenta del error de novato que hemos cometido... ¡nos hemos dejado todos los frontales abajo!... No tenemos perdón de Dios. No obstante nos arriesgamos a seguir con nuestros planes, confiando en nuestro buen hacer y que de una forma u otra conseguiremos salir del fregado en el que nos podamos meter.


Pasándole material a Fran en la reunión 2

Sale Fran y va raudo hacia arriba. Le perdemos de vista nada más salir, pero me alegra comprobar que la cuerda avanza avanza a buen ritmo. Más tarde Fran nos avisa que ha hecho reunión.

Salimos Pocho y yo, separados una distancia prudencial como siempre. El largo es facilillo así que también lo resolvemos rápido. Menos mal que es facilillo porque vamos tan rápido que prácticamente ni pensamos los pasos.

Enseguida nos plantamos en la gran repisa, donde está la reunión, una repisa amplísima por donde se puede deambular andando sin ningún problema.


Largos 4 y 5 (IV+): Bonito espolón final

Miramos por dónde sigue la vía. Fran dice de seguir directos hacia la cima, pero le indico que la vía creo que va por el gran espolón que se ve unos 20 o 30 metros hacia la izquierda y que creo que es más razonable ir por él, aunque el camino directo parezca factible y fácil... pero nos podemos encontrar alguna sorpresa.

Nos acercamos a ver el espolón y efectivamente parece que la vía puede ir por el, así que rápidamente desmontamos la reunión y trasladamos también la cuerda. Le digo a Fran que tire él, ya que lleva ya la mayor parte del material encima y además él escala más rápido... el tiempo apremia.

Sale Fran por el filo del espolón y al rato le perdemos de vista. Después nos grita que ha llegado a la reunión, pero como no se ve muy complicado lo que sigue ni parece quedar mucho para cima va a intentar apurar cuerda a ver hasta donde llega.

Cuando le aviso que a la cuerda le queda poco para acabarse busca la forma de hacer reunión. Una vez montada nos avisa para que subamos.

Subimos a toda pastilla Pocho y yo. El largo resulta bastante atractivo. Aéreo y entretenido. No resulta difícil ya que ronda el IV+. Disfruto bastante de este largo, dentro de lo que las circunstancias permiten, ya que vamos con el acelerador pisado.

Finalmente llegamos a donde está Fran, que ha montado reunión en una repisa.

Como vemos que no queda prácticamente nada y no parece difícil, para ganar algo del escaso tiempo que nos queda acordamos que casi sin parar yo pase de largo y siga; solo cojo rápidamente un pelín de material por si necesito poner algún seguro o montar reunión arriba y tiro rápidamente para arriba. Creo recordar que ni siquiera me paro a atarme al otro cabo de la cuerda y subo simplemente con la cuerda simple que me unía a Fran.

Llegando a donde Fran ha montado la reunión intermedia. A la izquierda, abajo se aprecia la enorme repisa a la que hemos llegado en el largo anterior

Efectivamente tras algún pasito que otro sin mucha complicación, de III o algo así, la roca empieza a tumbar rápidamente y unos metros más adelante alcanzo la cima. Aviso a Pocho y Fran que van subiendo.


Cima

Según va llegando Pocho y me ve en la cima me saca una foto. Esta vez vamos tan apurados de tiempo y de luz  que esta va a ser la única foto cimera que tengamos.

Única foto cimera que haremos hoy
Y paisaje desde arriba

Por supuesto, nada de celebración con cacahuetes garrapiñados ni nada de eso. Y no solo porque nos los hayamos dejado abajo, sino porque no podemos perder ni un segundo ya que la luz está a punto de irse.


Descenso

El descenso se puede hacer haciendo el tramo de cresta que hay a continuación para llegar a unas antenas y descender por un camino que hay detrás, o por una serie  de rápeles que caen por el lado derecho un poco más adelante.

Enseguida que voy viendo que Pocho y Fran van alcanzando donde el terreno tumba me voy a investigar rápidamente a buscar dónde está el primer rápel. A Pocho al llegar a cima le llama la atención la cresta, que no tiene mala pinta, pero Fran y yo le quitamos la idea rápidamente ya que la noche se está echando ya mismo y nos quedaríamos a oscuras a mitad de cresta y sin frontales, cosa que no nos hace mucha gracia.

Tras pasar una indicación poco clara que veo con pintura en una roca y que yo creo que despista más que ayuda, al final localizo el rápel. Me traigo rápidamente la cuerda de la que estoy atado y lo monto. No recuerdo si porque lo pone allí o por qué pero tengo idea que el rápel es de 25-30 metros con lo que con una cuerda debería llegar. No obstante este primer rápel no es muy vertical y en caso de incidencias no es muy problemático.

Empiezo a rapelar cuando Pocho y Fran están todavía terminando de recoger la otra cuerda. Llevo encima algunos cacharros y cintajos por precaución por si los necesitara en un momento dado. El rápel me lleva a un borde a partir del cual la pared ya si que cae en vertical. Imagino que el siguiente rápel tiene que estar justo en ese borde.

Llego al borde y no solo no veo nada sino que se acaban los 30 metros de cuerda... ¡no puede ser!... y el tiempo apremia... pero veo justo debajo de mí una repisilla a la que llego ya casi saliéndome de las cuerdas del rápel. Me bajo a ella y... ¡bingo!, el siguiente rápel está aquí escondido. No me ha sobrado ni medio metro de cuerda, así que saco la cuerda del descensor sin tener que desmontarlo. Si hubiera hecho nudos al final de la cuerda (no los hice por rapidez y con la precaución de vigilar constantemente la cuerda, pero os aconsejo que no sigáis mi mal ejemplo y no dejéis de hacerlos nunca)  pienso que casi que no me habría llegado bien la cuerda. 

Pocho y Fran rapelan a continuación y nos juntamos los tres en la repisa.

No tenemos ninguna información de cuántos rápeles hay ni de qué longitud son cada uno, pero uno ya tiene buen ojo para estimar con lo que veo que en unos 60 metros aterrizaría en un sitio desde donde ya veo por dónde se puede bajar sin cuerda al fondo de la canal por la que ya se desciende andando hasta el pie de las vías. Está claro que si tenemos suerte, en un solo rápel con las cuerdas empalmadas ya aterrizo allí... pero va a ir tan justo que lo mismo me quedo corto. En principio no me preocupa mucho pues llevo cacharros y cintas encima para apañarme en caso de apuro, y en caso de que salga bien habremos resuelto ya la papeleta que tenemos, pues la penumbra de la noche ya nos está envolviendo. Por cierto, hace un rato que ya no hacemos fotos por falta de tiempo y de luz.

Preparo, bloqueo y lanzo la otra cuerda mientras Fran recupera la usada en el primer rápel... aquí cada segundo cuenta. Una vez recuperada la cuerda del primer rápel la empalmo con la otra y la lanzo también y en escasos segundos estoy ya rapelando.

Según bajo la noche va cayendo ya definitivamente. Todavía no puedo comprobar si las cuerdas llegan, pues no han caído del todo habiéndose quedado en repisillas; según voy bajando hasta ellas las sigo lanzando hacia abajo y sigo descendiendo. Entre medias hay otra instalación de rápel que obviamente me salto con intención de intentar llegar hasta abajo. Finalmente aterrizo en el sitio esperado, comprobando que sobran muy escasos metros de cuerda; el cálculo ha ido bien. Desde aquí compruebo en la debilísima penumbra que queda, que yendo un poco por la izquierda, tal y como había visto desde arriba, es posible llegar al fondo de la canal ya sin excesivos problemas. Simultáneamente han empezado a rapelar Pocho y después Fran, ya en la oscuridad... recordemos que no llevamos ni un mísero frontal.

Una vez todos en tierra, recuperamos las cuerdas y las guardamos, ya sin prisa, pues no tenemos mayor problema que bajar si luz por la canal.

Reanudamos la marcha y conseguimos acceder sin excesivos problemas al fondo de la canal y ya desde ahí descendemos por ella siguiéndola, por lo que aunque andemos a oscuras no tiene mucha pérdida. Aunque vamos a oscuras, algunas sombras se aprecian, en principio imagino que por la poca luz que nos pueda llegar de la luna, lo que sirve para que nos apañemos al menos para imaginarnos el relieve del terreno. Aún así, este descenso no nos resulta del todo fácil ya que es sumamente empinado y algunos derrapes, resbalones y cosas por el estilo nos llevamos.

Ya casi abajo de la canal, que así a oscuras se hace un poquillo larga, las luces de la urbanización de abajo aunque lejanas parece que aportan un pelín más de claridad.

Finalmente llegamos al coche sin acabar de coger bien los senderos que nos llevan hacia él, ya que la visibilidad es muy reducida.


Nos preparamos para la jornada de mañana

Echamos todo al coche y confirmamos el plan para mañana: hacer la cresta de Benicadell y venirnos para Madrid. Propongo ir a dormir al chalet que tenía mi madre (por desgracia fallecida hace escasos días), del que había cogido las llaves, y que solo nos desviaría unos 25 kilómetros a cambio de dormir en una cama.

Cogemos el coche y nos dirigimos al chalet, no sin antes parar en un establecimiento para comprar unas latas de cerveza.

Llegamos al chalet. Es zona de sierra, así que hace un frío de narices... 1 o 2 grados nada más. Algún problemilla con las llaves de fuera casi nos obliga a saltar todos el muro y tener que dejar el coche fuera con las cosas, pero finalmente se resuelve. Dentro de la casa, que ha estado muchos meses deshabitada ya que es de veraneo, hace el mismo frío o más que en la calle.

Aprovechando las circunstancias, cocinamos para cenar y cenamos estupendamente. Enseguida nos metemos a dormir. Yo intento dormir con mantas, por comodidad, pero hace tanto frío que a mitad de noche tengo que olvidarme de mantas, coger el saco de dormir y meterme dentro.

Como he comentado antes, para mañana tenemos previsto hacer la espectacular cresta de Benicadell (próximamente), pero eso ya os lo cuento en otra entrada.

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