lunes, 30 de noviembre de 2015

Vía ferrata de Peñas Juntas (K1)

Vía ferrata de Peñas Juntas (K1)
Año 2015. Participantes 1ª visita: Alba, Laura, Júcar y yo. Participantes 2ª visita: Mónica, María, Laura, Alejandro y yo.

Tras haber hecho el barranco de la Portiacha, completamos la tarde con la visita a esta ferrata para disfrute de las niñas. Al día siguiente volveríamos para que pudieran hacerla las hijas de Alejandro, que no habían podido venir el día anterior. Se trata de una fácil ferrata ideal para iniciación y con tres puentes tibetanos sobre el río como principal atractivo.

Situada cerca de Bierge, nos pillaba cerca de nuestro alojamiento en Alquézar, así que era una buena opción para completar la tarde que habíamos iniciado realizando el barranco de la Portiacha. Así, las niñas tenían la oportunidad de conocer lo que es una vía ferrata y nosotros un entretenimiento hasta la hora de cenar. Aprovechando la cercanía y el poco tiempo que requiere, al día siguiente volveríamos para que Alejandro y sus hijas también pudieran hacerla.

Datos:
Dificultad: K1 en la escala Hüsler (K1 a K6)
Características: Vía ferrata fácil, ideal para niños e iniciación. Su principal atractivo son los tres puentes tibetanos del principio.
Material adicional: No es necesario.
Equipamiento: Grapas en los tramos donde es necesario. Linea de vida y resto de equipamiento en buen estado cuando la hicimos, aunque al parecer recientemente ha saltado un químico en el tercer puente tibetano, por lo que conviene informarse.
Pasos clave: Es una ferrata muy fácil. El único paso ligeramente "raro" se encuentra al finalizar el primer puente tibetano, con una corta pared que casi desploma y con las grapas que van ladeando, pero hay una cadena donde agarrarse en caso de apuro.
Posibilidades de escape: Como el paso más "complicado" está al principio, no van a ser necesarias ya que en caso de problemas en ese punto lo mejor es recular. No obstante es posible escaparse después de los puentes, aunque según tengo entendido es más comprometido tomar el escape, equipado con cable de línea de vida, que terminar la ferrata que ya es muy fácil desde ese punto.
Tiempo de recorrido: Aproximadamente 20 o 30 minutos como mucho, aun yendo tranquilo y con niños. De coche a coche se puede tardar una hora o poco más.
Tiempos de aproximación y regreso: Desde donde dejamos nosotros el coche, la aproximación son alrededor de 15 minutos y el regreso también es de ese orden de magnitud.
Cimas: Ninguna.

Croquis:




Fecha: 5 de junio de 2015


Tras salir del barranco de la Portiacha, nos dirigimos en coche hacia la ubicación de la ferrata. Una vez en las proximidades, Alejandro nos abandona ya que tiene que ir a Huesca a recoger del AVE a su hija. Nos quedamos por tanto Alba, Laura, Júcar y yo.

Las reseñas hablan de dejar el coche junto a la Ermita de San Pedro, pero Júcar, que es quien conduce el coche, viendo que la pista del GR es transitable, decide continuar por la pista de tierra mientras se pueda, pues ganaremos algunos minutillos de caminata que además vendrán bien por lo cercana que está la noche.

Avanzamos bastante y llegamos a un punto donde claramente ya no es posible continuar con el coche, pues a partir de ahí la pista pasa bruscamente a ser un camino muy roto y muy pendiente abajo, y además el lugar donde nos encontramos es muy espacioso como para poder dejar el coche aparcado sin ningún problema... incluso aun cuando hubiéramos venido en varios coches no habría problemas para dejarlos. Parece que la idea de Júcar ha sido muy buena, pues nos hemos ahorrado un buen tramo de caminata.

Nos preparamos el equipo e iniciamos el descenso por el camino que claramente baja al río, aunque yéndose un poco hacia la izquierda. Una vez alcanzado el río el camino, que ya es sendero, gira bruscamente a la derecha para seguir aproximadamente por la orilla del río. Enseguida vemos los cables de los puentes y en pocos minutos estamos ya al inicio de la ferrata, donde algún bromista ha colocado un cráneo de cabra como recibimiento.

Una vez nos hemos equipado iniciamos la ferrata, que comienza con el primer puente, que es bastante cortito: unos 6 metros. Con este puente cruzamos hacia la otra orilla del río.

Laura cruzando el primer puente. Detrás, Alba y Júcar se preparan para empezar la ferrata

Tras el primer puente, hay un tramo muy cortito pero que casi desploma y en el que las grapas van ladeando un poco, lo que a los no habituados puede resultarles un pelín "tenso". Quizás por este punto, la ferrata merecería calificarla de K2 en lugar de K1, pero es una cuestión más de lo que pueda impresionar que de realmente dificultad. Una cadena colocada al final del tramito permite coronar esta corta pared sin pasar demasiados apuros, aunque coronarla sin hacer uso de la cadena es una buena opción para el que quiera darle un poco más de morbo al asunto. Me quedo unos instantes en este punto, por si alguna niña necesitara ayuda, pero lo superan sin ningún problema.

Tramito de pared tras el primer puente. El primer puente cruza el cauce, aunque no se ve mucho el agua
Una cadena ayuda a rematar este tramito y salir por arriba

Luego se baja por unas grapas por detrás y por una rampa, para acabar accediendo, con una pequeña travesía, al segundo puente, el más largo y que ronda los 25 metros. Este puente ya se mueve algo más y resulta más interesante, a lo que contribuye también el hecho de pasar sobre las aguas del río, lo que en la realidad ocurre en los tres puentes, pero en este se aprecia o se "siente" más que el primero lo de cruzar sobre el caudal del río. No obstante, este puente no acaba cruzando a la otra orilla, sino que seguiremos estando en el mismo lado al acabarlo.

Bajando por la parte trasera, hacia el segundo puente
El segundo puente

Tras este segundo puente está inmediatamente el tercer puente; de hecho se pasa directamente de un puente a otro, que forman unos 90 grados entre sí. Este tercer puente, de unos 8 metros, sí que cruza transversalmente el cauce del río para llegar de nuevo a la otra orilla.

Laura en el tercer puente, y Alba detrás en el segundo puente
Alba y Júcar en el segundo puente

El tercer puente muere contra una pared vertical que se supera con unas pocas grapas, permitiendo llegar a un punto de "tierra firme".

Laura saliendo del tramito de pared tras el tercer puente

Desde ese punto sale el sendero por donde se puede escapar uno de la ferrata, identificado también con el cable de seguridad que lo recorre, al menos en su inicio. Este sendero también sirve para acceder a la ferrata a este punto, saltándose los puentes. No obstante, los comentarios que he leído es que se trata de un sendero no muy recomendable al ser algo comprometido, por lo visto; de ello no puedo opinar, ya que nosotros seguimos por la ferrata.

A partir de este punto, la ferrata sube hacia arriba con muchas grapas y con una verticalidad relativa, así que resulta muy fácil. En algún punto te tienes que trasladar unos metros a la derecha o a la izquierda, pero sin ninguna complicación, así que los niños pueden ir subiendo sin sufrir mucho y disfrutando de las vistas sobre el río.

Júcar esta saliendo del tramito de pared tras el tercer puente y el resto ya estamos empezando lo que se puede considerar como la segunda parte de la ferrata
Un poco más arriba
Algún tramito en fácil travesía
Abundancia de grapas
Otro tramito en travesía

Al cabo de un rato la ferrata finaliza, sin que haya habido ningún punto realmente singular que reseñar. Nos soltamos del cable de línea de vida, nos quitamos el casco y solo queda andar un poco hasta el coche. El recorrido de la ferrata realmente nos ha llevado hasta las proximidades del coche y los pocos minutos que tardemos en llegar a él se deben más a que es en empinadilla cuesta arriba que a la distancia en sí.

Final de la ferrata

Llegados al coche nos quitamos el equipo y lo echamos al maletero. Está empezando a anochecer, con lo que el tiempo nos ha venido justo. Nos dirigimos en coche de vuelta a Alquézar donde nos juntaremos con el resto del grupo. Mañana toca el barranco de Peoneras y, con eso de tenerla tan a mano, acabaremos volviendo a repetir la ferrata.



Fecha: 6 de junio de 2015

Hoy hemos estado haciendo el barranco de la Portiacha y hemos decidido volver a la ferrata para que la puedan hacer Alejandro y sus hijas. Llegamos todo el grupo a la Ermita de San Pedro, aprovechando que andamos muy cerca al haber terminado el barranco en la presa de Bierge. Allí, junto a la Ermita, nos preparamos una buena merienda-cena a base de bocadillos, fiambre y latas.

Tras haber dado cuenta de la zampa, Ana, Alba y Júcar se montan en el coche y retornan a nuestro "cuartel general" en Alquézar, ya que Alba y Júcar ya hicieron la ferrata ayer. Laura y yo vamos a volverla a repetir, para acompañar a Alejandro y sus dos hijas Mónica y María.

Llevamos el coche hasta el mismo punto que el día anterior y en no muchos minutos nos hemos equipado y bajado hasta el inicio de la ferrata.

Hacemos todo el recorrido de la ferrata en solitario. No hay nadie más que nosotros, al igual que lo que ocurrió ayer, así que vamos a nuestro antojo y con suma libertad. Al igual que ayer, todas las niñas disfrutan de los puentes y del recorrido, pero mi hija todavía más al sentirse una "experta" en esta ferrata y poder ir explicando a sus amigas en cada momento lo que va a venir a continuación.

Mónica terminando el tramito de pared tras el primer puente. Abajo, Alejandro cruzando el primer puente
Travesía para llegar al segundo puente
Las niñas en plena faena

Acabamos la ferrata ya prácticamente anocheciendo, pero nos han llegado las horas de luz para realizarla tranquilamente.

Laura y Mónica entre el segundo y tercer puente
María lleva mas de la mitad del segundo puente y Alejandro está empezándolo
Alejandro ya a mitad de segundo puente
Final de la ferrata
Un racimo de niñas, jejeje

Regresamos al coche y nos acercamos a Bierge a comprar alguna cosilla de comida y latas de cerveza antes de volver a Alquézar, y aprovechamos para tomar algo en un bar. El irrisorio precio de las bebidas junto con lo frescas que tienen las cervezas nos hace que tomemos alguna cerveza más de las inicialmente previstas, pero finalmente nos montamos en el coche y regresamos a Alquézar para cenar y dormir. Mañana es nuestro último día en la zona y queremos aprovechar para hacer el barranco Formiga antes de volver a Madrid.
 

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