sábado, 31 de enero de 2015

Carrera de Navidad de Cercedilla 2014. Trail de montaña (14,2 km, D+: 670m)

Carrera de Navidad de Cercedilla 2014. Trail de montaña (14,2 km, D+: 670m)

Después del buen sabor de boca que me dejó la Carrera de Navidad de Cercedilla de 2013, tenía claro que este año iba a repetir. No obstante, parecía que nadie iba a apuntarse conmigo, y no me gustaba mucho la idea de ir solo, pues resulta más aburrido. Al final Rober consiguió resolver sus problemas domésticos y se apuntó conmigo. El día espléndido, y el recorrido un poquito más exigente que el año pasado ya que, principalmente hay más subidas y más desnivel.

Empezamos (podéis pinchar en las fotos para verlas más grandes):
 
Datos oficiales de la organización: 
Distancia: 14,2 km;    Desnivel positivo: 669 m;    Desnivel negativo: 669 m
Pendientes máximas: 30,3% / -34,3%;    Pendientes medias: 8,4% / -9,0%
Cota máxima / mínima: 1522 m / 1146 m

Track: 
En este track sale menos desnivel y pendientes medias más bajas debido al patrón de toma de datos usado.


Fecha: 21 de diciembre de 2014


El previo:

Esta vez no es que fuera mucho mejor preparado que la vez anterior, pero sí que había salido a entrenar 3 veces con Rober a subir el Cerro del Viso. Es poca cosa, pero algo más que el año anterior, así que suponía que también iba a correr algo mejor. Además las sensaciones en esos tres entrenos no fueron malas.

El día en cuestión nos fuimos Rober y yo en el coche con bastante antelación, como el año anterior, pues a ambos nos gusta ir holgados de tiempo y tranquilos. Esta vez también hace frío, pero no parece que vaya a hacer tanto como el año anterior. Después de la experiencia del año anterior y viendo que incluso hace menos frío, tengo bastante claro la ropa que voy a llevar puesta: una camiseta de manga larga pero muy ligera y aireada. Descarto directamente el llevar guantes, buff y similares, pues enseguida cojo temperatura y me sobra todo. Lo que sí que me voy a llevar son las gafas de sol, pues recuerdo los deslumbramientos por sol el año pasado bajando por el camino de los depósitos con mucho riesgo de pegarme un buen leñazo.

Me he traído el pulsómetro de mi mujer. Hasta hace escasas semanas no me había puesto nunca un pulsómetro y ahora estoy empezando a descubrir su utilidad para regular los esfuerzos en el ejercicio físico.

Aparcamos y vamos a recoger el dorsal, la camiseta y todo lo demás. Volvemos al coche y dejamos en él todo lo que no nos interesa, preparamos una pequeña mochila para dejar en el guardarropa pues va a venir bien algo de abrigo y de comida recién terminada la carrera. Me coloco el pulsómetro y veo que no marca las pulsaciones... ¡vaya!, o se le ha acabado la pila o se le ha ido la pinza (al final fue lo segundo); el caso es que al ver que no funciona no lo voy a llevar y lo dejo en el coche.

Rober y yo, tras llegar a Cercedilla y haber recogido los dorsales

Nos acercamos a una cafetería a tomar un té cada uno. Cuando se va acercando la hora de la salida, vamos al guardarropa a dejar las mochilas y nos vamos a la línea de salida. Nos hemos despistado un poco de hora y la salida ya está hasta los topes, así que calentamos un poquito y nos intentamos meter un poco más adelante entre la gente, ya que si te colocas demasiado atrás luego vas atascado con la gente que va más lenta que tú; lo ideal es colocarte donde te corresponda, ni muy adelante y que luego todo el mundo ande adelantándote ni al revés, pues al final ambas cosas son un incordio para todos.


Empieza la carrera

No tengo una idea preestablecida de cómo hacer la carrera. Ni siquiera he mirado si es el mismo perfil que el año pasado. Simplemente saldré a un ritmo normal y luego, a falta de pulsómetro, actuaré en función de lo que me vaya diciendo el cuerpo. No tengo especial interés en batir ninguna marca, simplemente si me encuentro bien acabaré haciendo mejor tiempo sin proponérmelo, y de cualquier modo de lo que se trata es de disfrutar la carrera.

Dan la salida y empezamos a correr Rober y yo. Rober corre en otra liga distinta a la mía, así que no me preocupo en seguirle, y aunque hacemos los primeros metros juntos, en cuanto me empieza a sacar poco a poco algunos metrillos de diferencia no me preocupo en recortarlos.
 
La salida de la cabeza de carrera
Rober, de negro casi en primer plano, y yo, de rojo casi en el centro, en los primeros metros tras la salida

Empiezan las subidas poco antes de salir del casco urbano. Al poco veo que el recorrido se desvía con respecto al año anterior. De primeras me desconcierta un poco pero el camino parece más amplio y cómodo que el que recuerdo que tomamos el año pasado. Vamos entre el bosque, en un recorrido bastante agradable con tendencia todo el rato de subida, intercalando tramos llanos, o con pendientes muy suaves, con repechillos.

Al rato de salir del casco urbano, camino cómodo y bosque agradable

Antes de llegar a la altura del Sanatorio de la Fuenfría, enlazamos con la ruta del año anterior y ahora sí que la seguimos.

Llegamos al punto más alto de la edición del año anterior, y como hicimos aquella vez, empieza un recorrido de bajada, pero en lugar de seguir bajando como el año anterior, al rato nos desviamos a la izquierda. En este nuevo tramo, tras un tramito de subida suave que coincide con la calzada romana y es donde está el avituallamiento, el recorrido empieza de nuevo a subir acusadamente. Evidentemente, aunque todavía ando un poco despistado con respecto al recorrido del año anterior, esto claramente ya no me suena del año pasado y es evidente que nos alejamos y seguimos subiendo, así que parece que este año han endurecido un pelín más el recorrido.

La calzada romana, con animación

Llegamos al punto de mayor altitud. Es el kilómetro 8,7 y la altitud es de 1522 metros; el año pasado la altitud máxima fue de 1471m y se produjo en torno al kilómetro 7,5 desde donde ya fue prácticamente todo bajada, así que este año de momento hemos subido más alto y durante más kilómetros.

Tras este punto alto empezamos una vertiginosa bajada, en la que la mayoría de corredores bajan con cuidado y muy despacio. En este tramo bajamos unos 200 metros de desnivel de golpe, hacia el embalse Arroyo de la Venta  o Las Berceas.

El recorrido continúa con pendientes en general más suaves, con predominio general de bajada pero a veces onduleando y cogiendo algún repechillo de subida.

Avanzando por este tramo veo que están atendiendo a una chica que ha sufrido una caída. Ya se intuye que la caída ha debido ser fea, puesto que la están atendiendo en el suelo y está completamente tumbada.

Continúo y al cabo de un rato ya empieza a haber signos de que el casco urbano de Cercedilla está cerca. Las pendientes te hacen embalarte y entras al casco urbano con cierta velocidad... eso está bien, así el público ve a la gente con las pilas puestas. Como otras veces, un largo sprint final, más producto de la alegría de la cercana presencia del final, que de querer adelantar algunas posiciones o arañar segundos al reloj, y cruzo la línea de meta.

De negro, Rober llegando a meta
Y yo, de rojo, llegando a meta por el lado derecho de la foto
Un par de segundos después, tras cruzar la línea de meta


 Finaliza la carrera

Miro el tiempo y veo que son 5 minutos más que el año pasado... de primeras me desmoraliza un poco, pero me suena raro, ya que creo que me he encontrado mejor. Luego compruebo que la carrera ha tenido algo más de longitud con respecto al año pasado y, sobre todo, más desnivel, ya que son 146 metros más de desnivel positivo, 292 metros más de desnivel acumulado. Con esa diferencia, el haber perdido solo 5 minutos con respecto al año pasado creo que muestra una clara mejoría. Una buena forma de corroborarlo es que el año pasado Rober me sacó 25 minutos de diferencia y esta vez han sido "solo" 17 minutos, a pesar de que él está muchísimo más fuerte que yo y siempre me arrasa en esto de correr.

Voy a recoger las cosas del guardarropa y enseguida veo a Rober. Comemos alguna naranja y comentamos la carrera.

Rober y yo tras la carrera

Con respecto a la chica accidentada Rober me comenta que la ha visto con el pie colgando. Por los altavoces anuncian que ha sido una luxación... joer, pues por lo que comenta Rober, vaya luxación ha tenido que ser. Finalmente resulta ser rotura de tibia y peroné; a la chica la evacúan en helicóptero y esa misma tarde la operarían en el hospital. Total, que el primer diagnóstico no ha estado muy acertado.

Nos acercamos, Rober y yo, a una cafetería a tomar unos botellines de cerveza para celebrar la carrera y el día tan magnífico que nos ha hecho. Luego iríamos al coche para volver a casa.
 
Disfrutando de unos botellines

Este año no hemos tenido mucha suerte en cuanto a salir en fotos de mitad de carrera y solo hemos salido en la salida y en las de llegada meta. Si queréis ver más fotos del recorrido, en la entrada de la Carrera de Navidad de Cercedilla 2013 puse unas cuantas.

 

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