miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cara Norte del Mulhacen

Cara Norte del Mulhacen
Año 2011. Participantes: Carlos, El Pica, José y yo.

Tenía muchas ganas de hacer esta clásica cara norte. Se trata de una cara norte relativamente fácil comparada con otras, aunque como siempre la dificultad en estos casos varía enormemente en función de las condiciones del hielo y la nieve. Son unos 450 metros de cara norte que son una auténtica gozada si las condiciones son buenas.

Nos juntamos para esta ocasión Carlos, El Pica, José y yo. Encajarlo en un fin de semana no era del todo fácil. La primera elección era entre hacer la aproximación desde el coche por la vertiente norte de Sierra Nevada o por la vertiente sur. Acceder por la vertiente Norte supone un ahorro de aproximadamente hora y media de coche menos, pero obliga a usar refugio libre, el de la Caldera y la aproximación andando era un poquitín más larga. Por el sur teníamos hora y media más de coche, pero teníamos opción de elegir, además del refugio libre de La Caldera, el refugio guardado de Poqueira.

Nuestro primer pensamiento se fijó en que íbamos a llevar muchísimo peso: en estos casos se lleva muchísimo material, tanto de roca, como de nieve, como de hielo, pues no sabes en qué condiciones te vas a encontrar las cosas y lo que vas a necesitar. Llevábamos nada menos que cuatro cuerdas (para dos cordadas), friends, fisureros, tornillos de hielo, estacas, anclas de nieve, cintas exprés, etc, además de arnés, casco, crampones, dos piolets por cabeza... Si tuviera que volver ahora en las mismas condiciones, optimizaría mucho más el material y el peso, en especial el tema de cuerdas, pero en ese momento no nos cortamos ni un pelo.

Dada la enorme cantidad de peso con la que íbamos a cargar, el hecho de dormir en un refugio guardado y ahorrarte cargar con saco, infiernillo y parte de la comida suponía un pequeño alivio. Por ello no tardamos en decidirnos en subir por la vertiente sur durmiendo en el refugio Poqueira.

El segundo problema era la distribución de jornadas. Para hacerlo en un fin de semana no quedaba más remedio que el sábado simplemente subir a Poqueira, en lo que se tardan 2 horas o poco más, y el domingo hacer todo lo demás: subir hasta el collado de la Mosca, bajar al inicio de pared, hacer la pared norte, descender al refugio, descender al coche y retornar en coche a Madrid. Las jornadas quedaban enormemente descompensadas, con un sábado muy relajado y un domingo bastante cañero y con muchísimas horas de actividad. Pero era la única opción posible para dormir en refugio guardado y hacerlo en un fin de semana.

Dado que el sábado quedaba muy raquítico en cuanto a actividad, lo lógico y por lo que optamos fue hacer el viaje en coche el mismo sábado en lugar de salir el viernes por la tarde.

Empezamos (podéis pinchar en las fotos para verlas más grandes):

Viaje y aproximación al refugio de Poqueira
(16 de abril de 2011)

Datos: 
Actividad: Montañismo;      Zona: Sierra Nevada
Cimas: Ninguna
Dificultad: Ninguna
Longitud total: 8,2 km aprox;     Desnivel acumulado positivo500 m aprox;     Desnivel acumulado negativo: 50 m aprox

Tiempo:
2h30min aproximadamente.

Track: 
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).

Croquis:



Fecha: 16 de abril de 2011


Salimos por la mañana con el coche desde Torrejón de Ardoz, y nos tomamos el día con calma, ya que, como he comentado antes, el reparto de esfuerzos entre los dos días va a ser un tanto desigual, con un sábado “light” y un domingo cañero.

Tras pasar Granada, el GPS nos juega una mala pasada y nos lleva directos hacia la cima del Veleta. Afortunadamente me doy cuenta antes de que sea muy grave, pero aún así nos hace perder cierto tiempo. Vamos relajados de tiempo, pero tampoco es cuestión de desperdiciar tiempo y gasolina. Examinado el GPS corroboro que nos quería llevar al collado de la Carihuela, cerca de la cima del Veleta y de ahí ir por la pista que luego pasa cerca del refugio Poqueira y luego baja a donde teníamos previsto en coche. La verdad es que hubiera estado gracioso pasar con el coche junto al refugio, pero evidentemente hubiera sido imposible pasar por ahí, transitando por encima de 3200m de altitud y con la cantidad de nieve que había.

Tras la mala pasada del Tomtom (no quería decir marcas, pero al final la digo), alcanzamos la zona de las Alpujarras y la recorremos. Es una zona muy bonita, pero que se hace larga y pesada si lo que intentas es simplemente trasladarte. Aprovechamos para intentar comprar pan en algún sitio, lo que nos cuesta varias paradas, pero al final lo conseguimos en Capileira.
 
Finalmente llegamos a Hoya del Portillo a la altura de la Acequia alta, nuestro punto de partida, donde comemos tranquilamente. Después de comer relajadamente, y tras equiparnos, repartir pesos del material común, etc, hacia las 17h emprendemos la subida al refugio de Poqueira.
 
El camino por la Acequia Alta es casi llano y relativamente cómodo. No obstante, no sé si a pesar de eso o precisamente por eso, a mí particularmente se me hace tremendamente pesado y largo. Todo el camino va transcurriendo junto a la acequia y lo único que ameniza su recorrido son las vistas del veleta y alrededores y algún que otro salto que hay que dar en los cruces de agua.
 
Saltando algunos cursos de agua
El sendero va todo el rato pegado a la Acequia Alta
Las bonitas vistas del Veleta amenizan la caminata
 
En algo menos de 2 horas llegamos al punto que se abandona la Acequia Alta y se ataca directamente la pendiente para subir al refugio Poqueira. ¡Qué cambio de pendiente tan drástico! La pendiente es fuerte y te obliga a ir haciendo constantemente miniparadas de recuperación de la respiración. No hay que olvidar además que llevamos gran cantidad de peso en la espalda. No obstante, en poco más de media hora superamos los aproximadamente 300 metros de desnivel de esta subida y alcanzamos el refugio. Empezamos a pisar nieve.
 
Momento en el que que hay que girar a la derecha y acometer la fuerte pendiente
Llegando al refugio Poqueira

En el refugio nos inscribimos y soltamos los bultos. Es pronto, así que nos da tiempo a relajarnos con unas cervecillas. También hacemos algunas llamadas, aprovechando que hay cobertura, y así dejamos a las familias tranquilas. Charlamos, al principio fuera del refugio y luego dentro, cuando empieza a oscurecer y hace más frío, y finalmente cenamos, preparamos todo para mañana y nos vamos a acostar pronto ya que toca madrugón.
 
Relajados en las escaleras de entrada al refugio.
Charlando animadamente dentro del refugio
 
 
Cara norte del Mulhacén y regreso (17 de abril de 2011)

Datos: 
Actividad: Alpinismo;      Zona: Sierra Nevada
Cimas: Mulhacén (3479 m) y Mulhacén II (3362 m)
Dificultad: AD inferior. Depende mucho de las condiciones, pero dentro de ser una cara norte no es excesivamente complicada. Hay tres posibilidades de salida a la cumbre: la directa, que tiene algo más de dificultad al tener un largo en mixto (IV, creo), y otras dos por ambos lados de la cima accediendo a ésta por la arista.
Longitud total: 16,7 km aprox;     Desnivel acumulado positivo1200 m aprox;     Desnivel acumulado negativo: 1640 m aprox

Tiempos:
  • 1h30min desde el refugio de Poqueira al Collado de la Mosca.
  • 1h30min desde el Collado de la Mosca al  pie de pared, incluyendo picoteo, sesiones de fotos y toda la preparación para iniciar la pared. Nosotros "hueveamos" un poco, así que este tiempo se puede reducir fácilmente.
  • 3h15min para hacer la Cara Norte. He descontado los aproximadamente 1h30min que nos hicieron perder parados el grupo de los guías.
  • 30min de la cima del Mulhacén a la del Mulhacén II
  • 1h30min del Mulhacén II al refugio de Poqueira
  • 2h15min del refugio de Poqueira al coche. No incluye el tiempo que dedicamos a recoger nuestras cosas del refugio, pagar el refugio y recomponer las mochilas; que podría ser del orden de una hora más.
Track: 
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).

Croquis:


Las características de los pasos varían mucho en función de las condiciones. Al final de la alternativa central hay que hacer un largo de mixto de 30 metros que no está indicado y que te deposita en la mismísima cumbre. Los otros pasos de mixto que están indicados pueden no existir si hay suficiente nieve. Los pasos y cascadas de hielo también pueden variar mucho o no existir según las condiciones de la pared. Nosotros solo encontramos uno de los estrechamientos con hielo y el tramo final de mixto que siempre está; el resto estaba tapado por nieve dura y lo pasamos casi sin enterarnos.


Fecha: 17 de abril de 2011


Nos despertamos hacia las 5 de la mañana. ¡Qué sueño! Pero hay que ser diligente, así que nos preparamos y desayunamos. Hoy va a ser un día muy largo.
 
Preparándonos, de madrugada

Revisamos que llevamos todo el material necesario. Llevamos demasiado material, pero preferimos ir sobrados que no echar en falta algo. Ello supone que vamos a ir cargados con un peso considerable.

Hacia las 6 de la mañana, con noche cerrada, iniciamos la subida al Collado de la Mosca iluminados por nuestros frontales. Vemos algunos ojos brillantes en la oscuridad que son de las cabras montesas que campan en la oscuridad.
 
Cabras en la oscuridad

 Enseguida empezamos a pisar nieve continua. La subida es muy empinada. Tras algo más de una hora empieza a salir algo la luz del día. Estamos ya casi llegando al Collado de la Mosca.
 
Empieza a clarear

La subida desde el refugio hasta el Collado de la Mosca son casi 700 metros de desnivel que completamos hacia las 7:30, justo cuando empieza a amanecer. ¡Perfecto!
 
Llegando al Collado de la Mosca

En el collado de la Mosca podemos contemplar ya la cara Norte del Mulhacén con casi 500 metros de desnivel y un aspecto un tanto sobrecogedor. A su pie vemos a punto de iniciarla a un par de montañeros, que desde aquí se ven como dos minúsculas motitas que solo aprecias si te fijas mucho.


La cara Norte del Mulhacén desde el Collado de la Mosca. La motita que apenas se ve al inicio de uno de los conos de pie de pared en su parte sombreada son dos montañeros

Hacemos una parada en el collado, un poco resguardados del viento, que a estas horas y en este sitio es normal que sople con fuerza. Nos dedicamos a picar un poco y hacernos algunas fotos, pues el espectáculo es magnífico.
 
Haciéndonos fotos con la Cara Norte

No obstante, no tardamos mucho en ponernos en marcha, ya que hace frío, y enseguida iniciamos el descenso hasta el pie de la pared. Hay que bajar algo más de 100 metros de desnivel hasta ella; estas cosas siempre dan un poco de rabia.

En pocos minutos llegamos a pie de pared, en torno a 3000 m de altitud. Nos colocamos arneses y nos preparamos. Junto a nosotros hay un par de guías con un grupo a quienes están instruyendo. Me da pánico pensar cómo se atreven los guías a meterse en sitios así con gente que no suele tener ni idea y que les están explicando las técnicas de autodetención a pie de pared.
 
Cuando el Pica saca su piolet nos entra un ataque de risa: se trata de un piolet de aluminio, de los que se usan en esquí de travesía. Nos partimos de risa pensando en que como tenga que vérselas con hielo duro ese piolet va a rebotar como una pelota y no va a clavar. Como segundo piolet lleva mi piolet de travesía, que lleva mango curvo, ya que yo voy con unos piolets técnicos; con él se va a poder defender (y así me lo confirmaría posteriormente) ya que tiene muy buena pegada.

Nos preparamos para iniciar la ascensión colocándonos los arneses. Mientras tanto el grupo de los guías ha iniciado la ascensión. Nosotros iniciamos la ascensión un poco después que ellos. Al final nos han dado las 9:00.

Enseguida de empezar a subir alcanzamos al grupo de los guías y les adelantamos. Nos critican y nos tachan de inconscientes por no ir encordados, pero no estamos de acuerdo. De momento se sube bien, de hecho subimos con los dos piolets pero con la técnica piolet-bastón la mayor parte del tiempo, aunque está bastante inclinado.

Más arriba de nosotros hay otro grupo, seguramente las dos personas que vimos desde el collado de la Mosca que estaban a pie de pared.

La subida es dura, especialmente para los gemelos, y tras un par de zonas de unos pocos metros menos empinados al principio la verdad es que no da tregua ninguna. El estado de la nieve es muy bueno, bastante dura, por lo que vamos bien “pinchados” y por eso optamos por no sacar cuerdas.
 
Primeros tramos de la Norte del Mulhacén
Adelantando al grupo de los guías
Continuamos subiendo
Poco a poco cogiendo altura

Llegamos a un punto que se gira a la derecha y que constituye una especie de pequeña zona de descanso. Nosotros lo pasamos de largo, pero el grupo de los guías para allí a descansar un poco. La pendiente empieza a ser más acusada.

La pendiente no da tregua

Tras un tramo de subida, vamos llegando a algún que otro estrechamiento. Cuando llegamos a uno de ellos hay una considerable placa de hielo que hace que para superarlo haya que ir con cuidado y dedicarle un pelín de tiempo. No es un problema muy gordo, pero en ese momento, en el peor, ocurre algo. Ya habíamos observado que desde arriba nos caía de todo, ocasionado por la cordada que iba más arriba que nosotros,y que no teníamos en visión directa. Pero en el momento del estrechamiento oímos un estruendo seguido de un "¡¡piedra!!" y enseguida vemos caer un bloque de piedra de considerables dimensiones directo hacia nosotros. Todos nos quedamos pálidos; recuerdo a José diciendo con cara de pánico "¡Ostras!, ¡ostras!, ¡ostras!, ¡ostras!...". Los demás nos quedamos mudos. Obviamente el estrechamiento hacía que el bloque se dirigiera directo hacia nosotros, y nuestra capacidad de maniobra en un sitio así era muy limitada, así que prácticamente era esperar rezando a que no nos tocara la lotería. Un golpe de un bloque de esas dimensiones estaba claro que te dejaba tieso a la primera, pero si tuvieras alguna oportunidad de sobrevivir al golpe la segunda parte es que evidentemente caerías despeñado sin remedio.

Finalmente el bloque de roca nos pasa relativamente cerca pero sin alcanzarnos a ninguno. Previamente habíamos transmitido el "¡piedra!" al grupo de los guías, que estaba muchísimo más abajo. Afortunadamente tampoco alcanzó a nadie de ese grupo.

Continuamos. Nos seguía cayendo de todo de los de arriba. Hay veces que es inevitable, pero el colmo es cuando oímos un grito de "¡mosquetón!" y a continuación vemos caer hacia abajo un mosquetón. Igualmente trasladamos el grito de "¡mosquetón!" al grupo de los guías que seguía muy abajo. Los guías, que al parecer pensaban que todo era obra nuestra nos increpan, y les tenemos que aclarar a gritos que no somos nosotros sino una cordada que va mucho más arriba.

Tras superar los estrechamientos, la pendiente es muy fuerte pero la canal se ensancha muchísimo hacia los lados a modo de embudo. Los de arriba han debido de hacer cumbre porque dejan de caernos cosas

En esa zona tras los estrechamientos es donde se abren las tres alternativas, por orden de dificultad, según tengo entendido: izquierda, derecha y centro. José y Carlos se dirigen hacia una roca como una isla donde poder descansar un poco, ya que los gemelos ya van que estallan, y así de paso también aprovechan para pensar en qué alternativa hacíamos. El Pica y yo, mientras tanto hemos tirado por la alternativa de la derecha y seguimos subiendo.

José y Carlos encaramados a una roca donde poder descansar un poco
Mientras tanto yo sigo subiendo por la derecha
Un zoom. Las otras huellas son las del Pica

Desde la roca, José y Carlos me dicen que a dónde vamos. Les contesto que por la variante de la derecha. El Pica sigue para arriba y le perdemos de vista, mientras José y Carlos me convencen para que mejor hagamos la alternativa del centro, para lo cual me tengo que juntar a ellos.

Al Pica ya le hemos perdido de vista. Ha debido salir ya a la arista oeste y debe estar camino de la cumbre. José y Carlos se dirigen al punto de inicio del tramo final: es un largo de 30 metros de escalada en mixto que finaliza justo en la cumbre. Yo me dirijo por el lado derecho pero intentando aproximarme poco a poco a su trayectoria.

Son ya las 11:30. José y Carlos llegan al inicio del largo final. Yo llego a su altura, pero a unos veinte metros a la derecha. La inclinación aquí es tremendamente alta, fácilmente de unos 65º, y para llegar a ellos tengo que hacer una travesía con esa inclinación y un patio de narices. Pateo con ganas para clavar bien los crampones, dejando buenos boquetes que luego serían tremendamente aprovechados, como se verá.
 
Estoy viniendo en travesía hacia donde José y Carlos que son los que me hacen la foto

Finalmente me junto con José y Carlos y los tres nos anclamos con friends a unas fisuras. Mientras tanto el grupo de los guías se aprovechan de la huella que hemos ido dejando el Pica y yo por el lado derecho y luego siguiendo y aprovechando mi huella llegan hasta la travesía, que también la hacen aprovechando la especie de peldaños que había hecho.

Colgados en una reunión

Nosotros, mientras tanto, hemos empezado a sacar las cuerdas para empezar el largo en mixto... pero están tremendamente liadas. Cuando llegan los guías se aprovechan de la circunstancia y tras unos cruces de palabras con nosotros se meten de malos modos por delante de nosotros en el largo. Lo último que queremos son problemas así que pensamos «que les den» y no oponemos resistencia a que pasen delante de nosotros.
 
El paso del grupo de los guías por el largo de mixto es un auténtico show. El guía que pasa primero, el más bocazas pues el otro era mejor persona, se le ve bastante verde subiendo de primero haciéndonos hasta reír por dentro de su destreza y sus ocurrencias. Luego empiezan a subir los clientes, que se atascaban sobre todo en un par de pasos, pero al final conseguían sacarlos de allí. Pero cuando le tocó el turno a una tal Mireya ya fue demasiado. La pobre chica se atascó en un paso y no había forma de que lo superara.

Un cliente y un guía en el largo final

En vista del panorama y de que ya llevábamos más de una hora allí parados y se estaban empezando a notar efectos de congelación, sobre todo en manos por estar allí quietos pinchados con los fríos piolets y con las manos agarrándolos, optamos por hacer una pequeña variante saliéndonos por la derecha. Para ello hicimos los tres la ya concurrida travesía a la derecha, aprovechando mis "peldaños". Son aproximadamente las 13:30h. Son horas ya de bastante sol,  muy malas para el estado de la nieve, por lo que la travesía estaba ya muy delicada y había que hacerla con sumo cuidado.

Tras hacer la travesía, encontramos un paso hacia arriba que nos depositó a escasos metros de la cima. En la cima nos juntamos con el Pica, que como desde la cima ya se había medioenterado del percal más o menos se había  dado cuenta de por qué tardábamos tanto en llegar a la cima. Igualmente habían conseguido "desatascar" a Mireya y el grupo de los guías también llegan a cima casi simultáneamente. En la cima hubo algún que otro comentario por parte de alguno de nosotros dirigido contra los guías y que yo creo que éstos ni se atrevieron a contestar; no obstante al final se nos pasó un poco el enfado e incluso charlamos ligeramente con ellos. La verdad es que guías como esos a mi parecer desprestigian mucho la profesión, ya no solo en el aspecto técnico sino también en el humano.

Cumbre del Mulhacén


Para hacernos una idea del tiempo perdido, a las 11:40 estábamos ya preparados a pie del último largo y sin embargo no conseguimos hacer cima hasta las 13:45. Considerando que tardáramos media hora en hacer ese largo, el tiempo perdido más o menos sería de hora y media.

Tras las fotos de rigor, picotear algo y contemplar el magnífico paisaje en un día tan despejado y soleado disfrutando de la cumbre iniciamos el descenso hacia el refugio Poqueira, ahora por la ruta normal.

Como nos pilla más o menos de paso, decidimos hacer cumbre también en el Mulhacén II. Es una pequeña parada donde posamos con el vértice geodésico para la pertinente foto.

Cumbre del Mulhacén II

Continuamos. El descenso hasta el refugio Poqueira lo hacemos más o menos rápido, aunque en esta cara sur el sol ha hecho su trabajo y la nieve no es totalmente continua. Hay un momento que me doy cuenta que he perdido un guante y me toca volver a subir un poco. Afortunadamente hacía poco que lo había perdido y lo encontré enseguida.

Al llegar al refugio recuperamos las pocas cosas que nos quedaban en él y descansamos un poco mientras recomponemos las mochilas. No nos podemos descuidar, ya que son más de las 16h y todavía tenemos que bajar hasta el coche y volver en él hasta Torrejón, aunque sí que pasamos algunos minutos entretenidos charlando con otros montañeros del refugio mientras recomponíamos nuestras mochilas.

Unos momentos de relax en el refugio tras recoger nuestras cosas

La bajada desde el refugio Poqueira al coche se me hizo todavía más interminable que a la subida… parecía que nunca se acababa y los pies ya acusaban la paliza del día. Bajando junto a la acequia se me ocurría incluso que sería un buen negocio para el refugio vender barcas hinchables para bajar por la acequia montado en ellas hasta el coche.

Finalmente llegamos al coche con los pies destrozados y reorganizamos todo el material. Eran casi las 19h y todavía nos quedaba el viaje de vuelta a Torrejón, pero tampoco estábamos en condiciones de darnos muchas prisas, así que con una relativa calma recogimos todo y lo metimos en el maletero.

Recogiendo todo para meterlo en el coche

Bajamos a Capileira en coche y allí nos dimos un pequeño capricho que teníamos: el de tomarnos un plato de caracoles con unas cervezas. Al final se nos fue casi una hora en el bar, algo más con el tiempo que dedicamos a comprar alguna cosilla más por el pueblo, pero finalmente salimos en marcha hacia Madrid.

Ni que decir tiene que se nos hizo tardísimo en la carretera y tuvimos que avisar en nuestras casas que llegaríamos de madrugada para que no se preocuparan.

Finalmente llegamos a Torrejón hacia las 4 de la madrugada; yo ya llevaba casi 24 horas sin dormir y tuve que estar tremendamente alerta durante la conducción para evitar un disgusto si llego a quedarme dormido conduciendo. Llegaríamos con una importante paliza en el cuerpo, lo que luego pesaría ese mismo lunes al incorporarnos al trabajo pocas horas después… pero la salida lo había merecido.

 

2 comentarios:

  1. Joder lo que se sufre con el tema de la vuelta a casa en coche a esas horas y con la paliza encima, a veces esto se convierte en una actividad en si misma y casi siempre mas peligosa, es lo que tenemos los que vivimos tan lejos tanto del Piri como de Sierra Nevada.
    en cuanto a lo de los guias, es verdad que hay de todo, pero muchas veces son personas carentes de titulacion y formacion las que guian personas irresponsablemente, y las que desprestigian la profesion.
    enhorabuena por la actividad.

    Wimbor

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    1. Hola Wimbor. Por la poca destreza que mostraban los guías probablemente no tenían titulación; y desde luego hacían cosas no muy lógicas.

      Saludos!!

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